20 de febrero de 2013

Persecución

Cuando chico mi padre me llevaba a volar cometas o papalotes como también se le llaman.
En aquel tiempo los papalotes se hacían de papel y según su tamaño y forma tenían clasificaciones, una de ella el coronel, que era un papalote de tamaño colosal.

En las colas de los papalotes colocábamos cuchillas de afeitar que pedíamos a nuestros padres después de cumplir su ciclo útil. Con ellas se podía cortar el hilo que unía la cometa y el papalote se "iba a bolina", lo que quiere decir que volaba sin control y por consiguiente se perdía en el techo de alguna casa donde la frágil estructura no soportaba el impacto.

Hoy los papalotes se hacen de telas resistentes y en los más variados colores y diseño, perdiéndose el gusto por su decoración y lo mejor la elaboración propia.

Quién ganará la persecución

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