Después de tantos días respirando humo, una tímida lluvia llegó desde el sur. La mariposa no tuvo reparos en salir y revolotear entre las hojas húmedas, aliviada de tanta contaminación.
Cada vez son menos las mariposa que llegan al jardín de mi casa, así somos los humanos, destrozamos lo bueno en aras de lo malo.
Tal vez la mariposa estaba más contenta que todos.
Tenía agua para varios días.
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